En la Era de la Digitalización sumada a crisis cultural de la Era de los Confinamientos tenemos un gran tema en las manos: la exposición a las pantallas. Lo que en los últimos años venía ya siendo una sobreexposición con la que empezábamos a ver los primeros síntomas o afectaciones de índole psicológica y cognitivo-conductual, se está convirtiendo en un exceso sin precedentes, de las horas diarias que los niños pasan frente a estas tecnologías.
La escasez de oferta cultural y de ocio que tiene la infancia durante la Pandemia, junto a las actividades propias de la vida laboral de los padres que por lo general dejan un tiempo bastante limitado para los hijos, así como el carácter adictivo de los juegos online, nos ha arrastrado a niveles críticos sobre los que todo educador debe reflexionar.
El abuso de la tecnología tiene efectos nocivos en la infancia,
tal y como numerosos estudios científicos nos alertan. Algunos de ellos leves
dolor de cabeza, irritabilidad, reducción de la atención y la motivación por
los estudios, impulsividad, reducción del vocabulario, nerviosismo, problemas
con el sueño, como pero otros más graves dependiendo de la edad y el tiempo de
exposición.
Entre las afecciones más serias nos encontramos entre otros con adicciones, aumento de la violencia, hiperactividad, trastorno de la atención, problemas de visión, obesidad, ansiedad, entre muchos otros desequilibrios que vemos en las escuelas, desgraciadamente en aumento exponencial.
Es tiempo de parar, reflexionar y retomar el uso de las pantallas, bajo unos criterios claros educativos que respeten un desarrollo saludable en la infancia, libre de “impostores” o inferencias externas en la delicada y maravillosas estructura psíquica y de aprendizaje que traen “de serie” nuestros niños/as y a las cuales, nosotros sus adultos, tenemos la obligación de proteger y preservar.
¿Pero cómo podemos contrarrestar en casa el uso de videojuegos y pantallas de contenido no educativo? En los próximos post del aula de Pedagogía Terapéutica iremos viendo algunas de las claves.
Y para quienes queráis profundizar más en un uso razonable de las Nuevas Tecnologías, podéis investigar a través de este documento consensuado por expertos de la infancia y apoyado en una muy amplia bibliografía, como encontraréis en su final: “Declaración sobre las Tecnologías Aplicadas a la Educación y las políticas educativas durante la Pandemia” de agosto de 2020:
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